6 mar 2010

Por miedo, soy clasista...

Volviendo a retomar el blog, que no lo he olvidado por querer, sino porque de nada vale escribir algo que no tenga sentido o no afecte parte de nuestro ser ¿cierto? Hace unos cuantos días fui víctima de un asalto, cosa que al parecer se ha vuelto cotidiana en este "lejano oeste", que aun algunos creyentes se atreven a llamarlo "país por el cual luchar", y los más escépticos o los que miran hacia otro lado cuando todo marcha mal, lo denominan "todo está normal".
Siempre me consideré inmune a esta clase de situación, siempre pensé que todo saldría bien; una cara descortés y de pocos amigos, un "pecho inflado" que me haga parecer más fuerte, me va a salvar y proteger.
Pues, el 13 de enero de 2010 nada de eso me funcionó. Caí en lo que siempre desprecié, las estadísticas. Pasé a ser no más que uno de los tantos miles de venezolanos que al adquirir algo por su propio esfuerzo (en este caso un Blackberry) fue despojado de él como si de nada valiese cada gota de sudor.
Todo empezó con un "¿Qué me miras carajito?", desde ese momento, sabía que nada bueno saldría de ese comentario. No quiero ser racista ni clasista, pero ¿qué demonios iba yo a observar en dos seres que no merecen más que la atención de un carcelero? Les ruego disculpen mi falta de tacto, pero es tal la ira que invade, que no queda más nada que decir.
El incidente terminó tan rápido como empezó; un cruce de palabras, en el cual siempre mantuve mi postura; cosa que al parecer altera a estos "seres" de manera exorbitante, porque en su código genético debe estar escrito VIOLENCIA con mayúscula. Al no tener algo que decirme, el compañero del que manejaba la moto se bajó, al acercarse a mi, me retire y me puse a la defensiva; con lo que solo llegué a escuchar "Si no te dejas revisar te meto un pepazo". ¿Qué más remedio le queda a un pobre pendejo que dejarse robar? Pues en ese momento, no vi ningún otro.
Metió su mano en mi bolsillo y a continuación sacó mis ahorros de más de cuatro meses de trabajo, un Blackberry. Lo que me dijo antes de irse riendo, es lo que más me impresionó: "Menos mal que tenías un Blackberry". ¿Qué hubiese pasado si no lo tuviera? ¿Me iba a matar como a un perro callejero? Nunca lo sabré y espero quedarme con la incógnita de por vida.
Millones de ideas rondaron por mi cabeza, deseándole la muerte a él y a todos sus parientes, porque eso es lo que se merecen todas esas escorias.
Pero hoy, aquí sentado, me detengo a pensar que esto no es culpa solo de ellos (no excluyo su vagabundería ni su falta de amor propio por salir adelante y de su propia miseria), aquí el problema viene desde más arriba. Para no caer en proselitismo político, solo comentaré que todo sería mejor si la educación se implementará como un DEBER y un DERECHO de todo ciudadano y se hiciera cumplir a cabalidad. Solo por agregar algo más, todo sería mejor si nuestros "líderes" no pensaran solo en su bolsillo si no en el futuro de sus "hijos" (al pueblo me refiero).
Retomando el punto que dejé anteriormente, y sin la intención de alargarme; hoy me declaro clasista y racista contra estas "personas". ¿Por qué lo hago? Porque no dejaré que mis hijos crezcan en un país donde su padre tuvo miedo de salir a la calle, de mirar a alguien a los ojos demostrando su enojo por algo mal hecho, de ser privado de defender sus derechos, y lo más importante, de no poder decir "Buenos días" o sonreír a alguien porque será acribillado por un par de maleantes.
Hoy me declaro en rebeldía. Por miedo, soy clasista...

2 comentarios:

  1. Lo triste de todo el asunto, es que nos hemos acostumbrado a aceptar esta "realidad que vivimos". Ninguno está a salvo de pasar por esta situación, a tal punto que inclusive nos preparamos para ello: pensamos que deberíamos hacer en caso de (aunque sabemos que no reaccionaremos como pensamos cuando planificamos el que hacer); andamos con poco efectivo, pero con algo, para que si nos roban sea algo y no todo, y no nada porque quien sabe; andamos con celulares falsos (lo digo por experiencia personal) para que en caso de, demos (si reaccionamos bien en el momento) el celular "chimbo" o tener un celular con que avisar a familiares que acaban de robarte; y son muchas las cosas que nos planteamos "en caso de", pero nos detenemos a pensar en soluciones para ello? No! Solo esperamos que otros tomen manos al asunto, o aun peor, resignarnos a “nuestra realidad”.
    Difiero de ti en cuanto a lo de “esto no es culpa solo de ellos” puesto que, muchos de los vecinos de esos MALANDROS, son personas que por su educación son incapaces de robar. Existen muchas maneras éticas, sanas, o como quieran llamarlas, de conseguir dinero: meterse en el metro a cantar o vender, TRABAJAR!, e incluso hasta pedir lo considero más ético que el robo. Sencillamente el venezolano de hoy, se ha acostumbrado a la vida fácil, a que otros trabajen por uno; asi también, nuestro presidente se ha encargado en sus años de gobierno, a sembrar esa semilla de odio contra el “privilegiado” que no es mas que una persona que durante años, se ha esforzado, que ha buscado superarse y que asi como sabe que a todos nos gusta la buena vida, sabe que uno debe luchar por ella. De eso es lo que no están llenos esos MALANDROS! De buenos valores, de buena voluntad! Y no por ser pobres, sino por tener el rancho en la cabeza.

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  2. En verdad concuerdo en todo lo que dices, porque es el punto que trato de destacar aquí. Pero hay algo en lo que difiero rotúndamente. ¿Para qué se debe "justificar" que la economía informal sea un medio de desahogo a esta grave crisis que nos agobia a todos los venezolanos? O al menos a los que luchamos "el pan de cada día". De verdad no me parece justo, ni para ellos (los que practican esto) ni para nosotros. Reitero y recalco mi punto; un gobierno, o al menos uno que sea elegido democráticamente, está para servir a su pueblo o ¿me equivoco?. Tal como decían nuestros abuelos "la educación viene de casa".
    Si tomamos en cuenta esa frase, dime ¿en qué parte se equivoca? Porque para mí, es totalmente cierta y certera. Si el gobierno se preocupara en darle educación a su pueblo, en darle una mayor oportunidad de superación, apuesto lo que quieras a que el porcentaje de incidentes delictivos en el país se reduciría de una forma totalmente abrumadora.
    Coincido contigo, que el deseo de superación personal y las ganas de salir de la escoria en que ellos viven, ya no existe. Lamentablemente son tan cortos de mente, que un simple discurso repetitivo los hace caer en la mas burda de las provocaciones.
    Para finalizar, solo espero que este país no se termine de ir al zipote, porque en 10 años he podido ver como ha cambiado en 100% mi forma de pensar.

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